Des-enredar

Es increíble, a mi alrededor tengo montones de hojas, y están todas tiradas en la alfombra de la que ahora corresponde a mi habitación. Acabo de ver el reloj y son las 11 y 11…ya ha cambiado ahora son las 11 y 17,  pero sigo aquí, sentada en la misma alfombra, aprendiendo tanto de mí, como nunca antes lo había hecho, es algo así como la prueba final que se hace antes de pasar a otra nueva etapa, esa que se ha caracterizado por tener pinceladas de álbumes pasados, es un collage en un marco diferente, tan extraño, que muchas veces, cierro los ojos para despertar pero sigo aquí contemplando nubes blancas, formas rectas, en una altura inigualable, respirando valor para poder sobrevivir, intentando llevar mis sancos siempre conmigo , pero los olvido y me dejo aplastar por la nada, sin entender como figuras innecesarias ocupan lugares que pueden ser ocupados por otros sentimientos más apropiados…

Somos humanos, con las mismas condiciones y limitantes, embobados con la idea de llegar a alguna parte, y ahora solo dejo que salgan por mis dedos todas las letras que tenia atascadas en el pecho, esas que no salían por más tiempo que estuviera pensando en la totalidad de la nada.
Paradojas y descuadres, todos en el mismo servicio, me siento como niña en un columpio, intentando mirar el cielo, repleto de estrellas, para soñar con el amanecer y poder caminar directo hacia la playa donde reposan todos los anhelos, respirar ese aire recostada con los brazos abiertos, solo sintiendo las partículas infinitas a  las que pertenezco y escuchando el sonido sordo de un mar que huye y se convierte también en arena, sin detenerme, solo equilibrando un instante eterno, con la certeza de que ahí reposare siempre que las mareas sean altas. Indefinidos son los sueños, así como las realidades, iguales son mis hojas en la alfombra, y mis dedos voraces sobre el teclado intentando decirme, lo que ellos intentan contarles.

2 respuestas a “Des-enredar

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